Entrevista a la payasa Martademarte
Entrevisté la entusiasta Martademarte. Como el video no resulta de gran calidad técnica, no me atrevo en publicarlo en mi blog. Pero resulta tan interesante que sería un verdadero desperdicio no compartirlo contigo para alimentar tu propio camino.
Gracias, aunque el sonido no sea muy bueno creo que merece la pena que lo pongas abierto a todos en el blog.
Estoy de acuerdo con algunas cosas que se mencionan. Al principio de mi rodaje profesional cuando alguien interrumpía, o interaccionaba conmigo rompiendo la 4ª pared, yo solucionaba el problema, para ello me salía del personaje, arreglaba la cosa y volvía al personaje JA,JA,JA y algo no quedaba bien. Yo venía de hacer teatro. Ese teatro donde el espectador es pasivo y como mucho solo puede interrumpir en los momentos en que se le da «permiso». Hasta que me dí cuenta de que las «interrupciones» no son un problema y por tanto no requieren solución. Sino integrarlas. Por eso me da rabia cuando algún padre reprime a un niño demasiado participativo ¡no podemos pretender que después de estimular y excitar a los niños, se calmen cuando queremos! Es verdad que romper la 4ª pared es como darle al público un trozo de tarta y hay algunos públicos que quieren cogerse un trozo de nuevo cuando menos te lo esperas. Hay que contar con ello y jugar con ello; canalizarlo. Gracias Marta, ya conocía tu web y es estupenda.
Gracias Iurgi por tu reacción.
Tocas un tema muy importante: la responsabilidad del artista de asumir las reacciones del público (y que este se entrega mucho). Por ello, es importante que el artista sea consciente de las estimulaciones que provoca y asumirlas o disminuirlas según lo que necesita. Pongo mi ejemplo por ser más concreto: mi personaje no habla y tengo como principio de respectar el público sin mostrar ninguna agresividad o dicho de otra manera, intento solucionar las «sopresas» desde la «gentilez» y ingenuidad. Confieso que resulta todo un reto. Por ello, al principio de mis espectáculos, no juego demasiado con los niños del público porque se divierten y obviamente su tendencia es en pedir más sin que haya un limite. Un niño, tal que una persona que no tiene un limite, me lo puede parasitar todo si no consiguo quedarme al mando, o como lo dices mejor «canalizarlo» porque mi responsabilidad es ofrecer un show profesional. Por ello, y según el contexto y la manera, no veo mal que un padre sea responsable del comportamiento de su niño. Si no fuera asi este limite tengo que ponerlo yo. Según la inspiración del momento, te confieso que resulta ser poco obivio la manera con la cual puedo poner un limite o canalisar el comportamiento de entrega intenso de un niño respectando mis principios.
Me gusta mucho que mencionas que no veas estas «interrupciones» como «problemas». Cuando se ven como «regalos», el artista suele contestar a estos cambios de rumbo con mucho más creatividad, respecto y profesionalidad que si lo ve como «problemas».
Me gusta mucho leerte, Iurgi, porque se nota tu experiencia, tu camino y la deontologia que pones en tu trabajo.