Paso 1

«Motívate para la acción»

¿Por qué importa?

Sin acción no tienes la oportunidad de mejorar.

No soy especialmente bueno en matemáticas, pero si yo lo entiendo, no me cabe duda que tú también entenderás este cálculo:

Si multiplicas 0x1, por 1.000, o por 1.000.000 el resultado será siempre igual a… ¡0!

Esta sencilla ecuación demuestra que no importa la cantidad de esfuerzo que pongas, el resultado será siempre “0”.

Si cambias 0 por 1, lo que significa un cambio muy pequeño, el resultado empecerá a crecer en la medida de tus esfuerzos. Si no, cualquier esfuerzo que hagas no tendrá ningún impacto.

En esta ecuación “1” corresponde a tu acción. No tiene que ser grande. Un pequeño paso en el mundo real. Nada más. De esta manera te das la posibilidad de crecer de verdad. En caso contrario, te quedas en un mundo que solo existe en tu cabeza. Cierto que te puede hacer sentir bien, pero al cabo de un tiempo te provoca frustración.

Puedes tener las mejoras ideas del mundo pero sin implementación, sin acción… sencillamente no existen. Eso te impide pretender que tus “ideas” sean buenas. Tienes que confrontarlas con la realidad para validar su calidad.

En el mundo del payaso, solo la acción valida tus ideas

No se aprende un oficio por su teoría, sino por su aplicación en la realidad. Por ello, en el mundo payaso, la teoría resulta ser útil o importante solo si se tiene la intención de implementarla o va dirigida para potenciar algo que existe en la realidad. Si no, se queda como algo interesante intelectualmente, pero se queda en idea y no vale nada para el público.

Imagina que uno se presenta ante un público diciendo “escuchad, tengo buenas ideas y buen conocimiento del payaso porque hice un curso con tal y tal profesor y me leí libros de…” o diciendo “mírenme, yo soy buen payaso porque tengo gran conocimiento del payaso”; me temo que en este caso la risa provocada sería por patetismo y no aquella que estás buscando a través de tu arte.

Si quieres convertirte en un intelectual del payaso pero sin experiencia, adelante, pero que sepas que te faltará siempre una pieza clave para entender realmente de lo que se trata. Esta pieza viene de tu propia experiencia, de vivir el proceso, de confrontarte con la realidad, de adaptar tu teoría a la realidad y de sacar lecciones de tu experiencia.

Si te quedas como estudiante recogiendo información de un curso u logro, podrás hablar del payaso para impresionar a la galería, pero no tendrás el conocimiento que se adquiere desde dentro, desde tu propia experiencia en el mundo real fuera de una clase.

Si decides convertirte en “teórico” sin experiencia fuera de un contexto de escuela, tus calidades para hacer reír a un público serán nulas. Podrás siempre pretender que tienes mucho potencial… pero concretamente no demuestras nada. Se trata de un auto-engaño. En el fondo de ti lo sabes.

Las risas se provocan por tus acciones, por lo que demuestras, no por tu “conocimiento” o por tu currículo.
No te presentas delante un público con tu CV para hacerle reír. Al público no le importa.

Uno no se convierte en cocinero por el mero hecho de conocer todas las recetas de cocina del mundo, sino más bien por los platos que cocina de verdad, es decir, las recetas que convierte en realidad. No se abre un restaurante mostrando que tenemos un libro de recetas, sino más bien cocinando. A mí no me importa si el chef del restaurante donde voy a comer hizo un curso con tal o tal o tiene libros de buena reputación. A mí me importa que lo que hay en mi plato me guste.

Quiero que lo tengas claro, si no te pones a la obra, si no tomas las riendas del payaso, no llegarás. No importan los intensivos, encuentros y profesores que hayas conocido.

Es solo a través de la acción mediante la que puedes “encontrarte”, identificar lo que te corresponde y lo que no.

A menudo tenemos ilusiones sobre lo que somos y es con la experiencia con la que solemos aprender sobre nosotros. Sin experiencia, nuestra apreciación de la realidad suele ser diferente de lo que pensábamos que íbamos a apreciar o lo que iba a gustarnos.

Decídete a pasar a la acción, porque solo a través de la acción tu payaso crecerá.

¿Qué hay que hacer?

Prepararte mentalmente.

Imagina a un niño que aprende a caminar: al principio cae mucho más que camina. Es solo por su experiencia y caídas que aprende a correr, saltar, caminar lento, etc… aun así, de vez en cuando, podrá caer…

Si lo piensas, tú ahora eres un niño que ha crecido… ¿No te ocurre de vez en cuando caer o tropezarte?… Pero eso no significa que no sepas caminar.

Lo mismo ocurrirá en tu carrera payasa: caerás y tropezarás mucho al principio. En fase de aprendizaje esperas tener más bajos que altos, no te lo digo para desanimarte… al contrario, para que te quedes tranquilo y lo veas como algo normal.

Luego caerás menos, pero siempre podrás tropezarte… es lo normal.

No quiero que cuando caigas te quedes ahí, quiero que sigas adelante. Demasiados payasos no se atreven a salir del aula o abandonan porque su intento fuera de una clase no estuvo a la altura de sus expectativas.

Por ello, motivarte para la acción es algo que tendrás que hacer a lo largo de toda tu carrera: alimentarte de ilusión que te aporte la fuerza para seguir adelante.

Pon, en grande y donde sea, como en la pantalla de tu teléfono, una de estas frases que te encienda la llama a la acción.

Aquí unas propuestas que puedes modificar o volver a reinventar:

  • “Mi payaso es primero acción”
  • “Mi payaso existe solo a través de mis acciones”
  • “Soy payaso por acción”
  • “Payaso = Acción”.

Ahora sabes que la acción es importante.
Pero ¿qué tipo de acción tienes que realizar?
Descubrelo en el paso 2.