Cómo Arranque Mi Payaso

Quién soy.

Me llamo Michaël Gueulette. Para que sea más sencillo, tanto para ti como para mí, usaré mi nombre artístico “Gromic”.

Soy belga, francófono de Bruselas… establecido en Barcelona desde hace más de 10 años.

Podría hacerme el chulo diciéndote que llevo mi vida cotidiana en 6 idiomas…
Pero al fin y al cabo, aunque me apaño en tantos idiomas, no hablo ninguno correctamente y la calidad depende del día que en el que me pillas… ya lo descubrirás.

Tengo pasión por el escenario desde la adolescencia. Siempre fue la prioridad en mis actividades. Todavía no sé por qué razón, pero aunque soñaba vivir de ello, no había hecho de este sueño mi objetivo de vida como tal. Dedicarme a ello como pasión era algo natural y obsesivo. Son las circunstancias las que me ayudaron a darme cuenta de que era tiempo de concretar aquello que quería hacer con mi vida.

Trabajé como teleoperador, animador en hoteles, barcos de crucero y payaso de hospital… antes de… lo intuyes o ya lo sabes pero… todavía no te lo anuncio… lo descubrirás más abajo…

También tendrás la posibilidad de verme en acción para que puedas verificar si lo que comparto contigo a través de “serpayaso.com” refleja una situación que te pueda valer en tu propia carrera…

Antes déjame contarte cómo descubrí el payaso, los problemas que encontré y las soluciones que escogí…

Descubrí el “payaso” por accidente…

Necesitaba entrenarme para una importante competición belga de improvisación teatral amateur. El único “intensivo” que pude encontrar era del arte del clown.
Te confieso que en aquella época no tenía previamente una imagen positiva sobre el clown;
el contacto con el payaso fue tan intenso que cambié radicalmente de opinión y me vi de repente enamorado del mismo…

La “magia de cerca” y la “improvisación” habían sido hasta la fecha mis grandes pasiones, pero ninguna de ellas me había aportado la magia que me hizo sentir entonces el mundo del clown. Noté que me aportaba un “algo” que me llenaba absolutamente y que impregnaba de magia lo que había hecho hasta entonces.

Los problemas que me encontré:

  • No conseguía ser payaso a propósito.

En mi carrera payasa me topé rápidamente con el problema siguiente: no conseguía ser payaso a propósito. A veces, me funcionaba, y a veces no. Además, me di cuenta de que a medida que iba sumando intensivos sobre el payaso, más iba aprendiendo, y menos era capaz. No acababa de encontrar a mi payaso y despertarle para jugar con él cuándo yo quería y lo necesitaba. ¿Había tenido la suerte del principiante?

  • Tenía una falta de confianza en mí mismo (y otras taras importantes)

Mi personalidad desde la pre-adolescencia estuvo siempre llena de dudas y ansiedades. La indecisión era una tendencia importante en mi carácter. Además tenía que lidiar con el TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) muy invasivos en mi cotidianidad. Siempre vivía con la duda de si era capaz o no de ser payaso. Sin embargo, tenía esta sensación de ser válido, de tener talento para ello, pero me resultaba muy frustrante porque no conseguía demostrarlo cuando yo quería o lo necesitaba. De cara a las críticas, las temía porque las tomaba muy personalmente.

  • No fui a una escuela de arte

Aunque las artes escénicas eran mi pasión, estudiar para vivir de tu pasión era visto en mi entorno como marginal, inseguro y poco consistente. Por ello, los únicos estudios oficiales que hice fueron “Comunicación”…

La formación pedagógica a las artes del circo” fueron los únicos estudios más cercanos a las artes de escenario que hice. Aprendí las bases del circo con el fin de poder enseñarlas. Aunque no obtuve el diploma, tuve muchísima suerte por las circunstancias de hacerlas (porque no cumplía los requisitos de acceso). Fue seguramente uno de los años más enriquecedores de mi vida.
A lo largo de mi carrera, en mi entorno artístico parecía indispensable pasar por una escuela de teatro de movimiento de tipo lecoq para aspirar a dedicarse al payaso. Pero, por ganas, energía y por un rechazo muy constructivo de parte del director de una de las escuelas más prestigiosas, no lo hice.
Sin estudios de una buena escuela de arte, viví gran parte de mi carrera con la duda sobre mi validez. Me sentía “incompleto” al no ser validado por unos estudios oficiales.

  • Mi entorno era respetuoso de mis elecciones, pero discreto

De cara a mi familia y amigos, pasaba por el “original”. Querido, seguro, pero sin ser mencionado, percibido como aquel que tiene una pasión pero que se quedará siempre como un soñador, porque no tiene espectáculo, ni reconocimiento, como aquel que nunca llegará. Con ternura, pero sin consideración ni credibilidad hacia mi pasión, era el “payas-ito”. Válido en el ámbito familiar pero no de cara al exterior. Imagino que por una parte, mi situación les preocupaba por mi bien, por otra, no se podían imaginar que vivir de mi pasión fuera algo posible. Confieso que aunque no recibí apoyo, su reacción por lo menos era bastante púdica.

También de cara a mi pareja, de quien siempre tuve la suerte de contar con su apoyo, sentía la responsabilidad de llevar mi proyecto a cabo. No quería ser aquel que vende bien su sueño pero que no tiene la capacidad de cumplirlo de manera recurrente.

  • Quería ser payaso pero a la vez no me sentía capaz

Sentí que si quería montar mi propio espectáculo de payaso me iba a costar encontrar y quedarme con mi payaso todo el rato. Además me resultaría agotador, si quería hacer mi espectáculo no una vez sola, sino repetir semejante experiencia. Me pareció que era demasiado aleatorio. No me sentía con la capacidad o el talento suficiente para poderlo hacer.

Mis soluciones:

  • Decidir tomar las riendas de mi carrera

Me di cuenta, de una parte, que grandes artistas como por ejemplo Charlie Chaplin, fueron a la escuela de la vida y no a una institución. Lo que me dio una cierta tranquilidad y legitimidad para construir mi carrera lejos de una escuela oficial de teatro. Soy consciente de que una escuela te puede ayudar, pero no te resulta indispensable. De otra parte, los diferentes profesores de payaso que tuve no coincidían en una misma definición del payaso. Lo que me hace responsable de mi propio entendimiento del payaso para seleccionar la información recibida y obligame a tener una actitud de autodidacta.

  • Focalizarme sobre la creación de un número

Consciente de mis debilidades y de esta sensación de no estar hecho para “luchar” cada vez que me subía a un escenario para quedarme en estado payaso, entendí que lo que necesitaba era crear un espectáculo con una estructura que funcionara, sin importar que yo estuviera o no en “estado payaso y ese fue el objetivo que me marqué: si estaba en estado payaso mejor, pero funcionaría también si no lo estuviera. Dicho de otra manera: mi estado payaso sería un bonus en vez de ser una base indispensable. 

  • Perseverar a pesar de los fracasos y de los miedos

Pasaron los años… un camino largo y solitario cuajado de miedos, dudas y desilusiones.
Tan idealizada tenía la imagen del payaso que ni siquiera me atrevía a decir que era de clown de lo que intentaba hacer en mi espectáculo.

Sentía la euforia del éxito en unas representaciones y la depresión en algunos fracasos. Cuantas veces pensé:¿Por qué lo hago si me duele tanto?, ¿Estoy hecho para ello? ¿Tengo talento para ello?…En cada fracaso me hubiera podido plantear el abandonar, pero tenía una llama dentro de mí que me empujaba a seguir soñando y luchando por ello.
A base de perseverancia y buscando soluciones, conseguí tener una reacción del público estable y ganar más confianza.

  • Comparar mis expectativas “clown” con la realidad de los profesionales

Con la experiencia y mi observación de profesionales en acción fui entendiendo la realidad de la profesión, bastante diferente de lo que me imaginaba cuando aprendía en los cursos de clown. No es que las clases no sirvieran, lo que pasaba es que no me proporcionaban datos esenciales sobre la práctica real de este maravilloso arte delante de un público que no fueran compañeros, familia o amigos, sino delante de un público real, aquel que no me conocía…

Ahora

  • Vivo de mis propios espectáculos viajando por Europa de festival en festival

Mi número se alargó y se convirtió en 2 espectáculos enteros. Ahora, soy profesional. Es decir vivo de mis propios espectáculos viajando por Europa de festival en festival… Viajo con una maleta, no necesito más.

¿Y sabes algo?… la gente dice que soy payaso. No soy yo quien lo tiene que decir, es la propia gente la que me ha puesto esta etiqueta… y debo decir que además lo hace con mucha ternura.

Mi espectáculo me da la confianza que necesito para encontrar y quedarme en estado payaso. Sé ahora los porqués y lo que me ayuda o no a “encender” este estado.

  • Experimento más tranquilidad en mi vida

Gracias a mi experiencia y los resultados que obtengo, soy ahora una persona más tranquila. Con una ansiedad y dudas más sanas. Además, de vez en cuando, al hablar con compañeros que son grandes artistas profesionales y leyendas que admiré, me sorprende darme cuenta que recibo su respecto y que nuestras conversaciones sean de igual a igual (te confieso que aún me siento minúsculo ante algunos… pero menos que antes).

Con Jango Edwards

Con Elastic

Con Avner The Eccentric

Con los Okidok

Con Toti

No es que ahora sea una persona radicalmente diferente, pero sí que gracias a mis vivencias ahora puedo disfrutar de otra etapa en mi carrera… superé unos obstáculos y gracias a ello demostré que logré mi sueño.

  • Me toman en serio. Recibo más reconocimiento

El arte que desarrollé es la magia de la sencillez, la ternura de la risa…
Además de que el hecho de ser payaso ya es un reto en sí, me puse el reto de crear un espectáculo donde
• no hablo…
• no hago demostraciones técnicas…
• uso un material mínimo encima del escenario

… y sin embargo, con el riesgo de perder credibilidad hablando “bien” de mí, las reacciones de mis públicos suelen ser bastante entusiastas (más adelante me podrás ver en acción). Por ello, cuando mis compañeros profesionales ven la reacción de mis públicos delante de lo que parece una ausencia de técnica y de material, me suelen decir “jolín, qué bien te lo has montado, tío”.

Ahora, cuando mi familia viene a verme, intenta llevarse a amigos y conocidos para compartir el placer que tienen al verme actuar.

Honestamente, no sé si soy buen payaso. Mientras tanto, lo que sí te puedo asegurar es que no dejo mis públicos indiferentes, tengo buenos resultados y me siento a gusto con ellos…

Sitio de Gromic

Puedes visitar mi sitio como artista www.gromic.eu para darte cuenta de ello. La gente hasta se conmueve y me viene a abrazar. Puede que parezca un poco chulo, pero quiero compartir lo que me dijo un malabarista después de una actuación en una convención: “A mí NO me gustan los payasos, pero tú me encantaste”… ¡Esta frase se queda grabada en mi corazón para un buen rato! ;0)

  • Ahora…¡Me toca ayudarte!

Al mismo tiempo que esta frase “A mí NO me gustan los payasos, pero tú me encantaste” me resulta un cumplido enorme, te confieso que me preocupa. A priori, un artista de otra disciplina sería sensible al arte del payaso, sin embargo, él no lo era. Tiene derecho a que les guste o no. De ninguna manera pongo su sensibilidad en duda… lo que pongo en duda con un poco de temor a que sea verdad es la poca calidad de muchos payasos. No porque decidan ser malos, sino porque el camino para llegar a una actuación de calidad está lleno de desafíos.

El camino del clown es un camino en solitario que nadie va a hacer por ti. Pero si sabes que otros payasos lo realizaron antes, y conoces cómo encontraron sus soluciones, te puede ayudar en la búsqueda de las tuyas y a facilitarte atajos a tomar en dicho proceso.

No quiero que abandones tu sueño por unos errores que fácilmente puedes corregir.

Ahora, considero que me queda todavía mucho camino por hacer. Sin embargo, cuando me doy la vuelta y miro a los miles de payasos que se inician a este arte o aquellos que ya están en camino y no acaban de arrancar, me doy cuenta de que hice bastante recorrido.

Por ello, creé www.serpayaso.com en paralelo a mi vida encima del escenario. Quiero ayudarte a llegar a la etapa donde estoy y que puedas superarme, para que el mundo se enamore de la humanidad del payaso. Porque el mundo necesita reconciliarse con ello. Si tienes esta chispa, esta pasión por el payaso, si tienes las ganas y haces las acciones correctas, tú puedes ser parte de este proceso.

En un próximo correo, te desvelaré unas pautas para que tú también puedas por fin dar vida a tu sueño payaso.

Mientras tanto si quieres verme en acción clica aquí.