3 realidades del mundo del escenario videoAl presentarte ante un público no formado por familiares, amigos o compañeros de profesión es cuando te das cuenta que el trabajo de clown puede ser más difícil de lo que parece.

En una clase, todos te conocen, ya saben que vas a intentar hacer de payaso, te miran con buenos ojos y es fácil sentirse apoyado, pero cuando salgas de ese entorno, es cuando te darás cuenta de que la predisposición de un público desconocido ya no es tan buena.

Si eres un fan de los “reality shows” de la tele puede que te conformes con una respuesta mediocre y que enseguida te creas que eres maravilloso y que estás lleno de talento, pero si eres un lector de este blog estoy seguro que serás alguien que, sintiendo auténtica pasión por la profesión de payaso, serás más exigente contigo mismo.

En este caso si una respuesta no está a la altura de tus expectativas, puede ser que seas demasiado duro contigo y que te autogeneres más dudas preguntándote si de verdad vales para esto…

Tu preocupación a veces es justificada: sabes qué es lo que puedes y debes  mejorar, lo asumes y punto. Todo aquel lo que está bajo tu control lo puedes cambiar, pero ¿qué sucede con el entorno que te rodea?

No debes maltratarte a ti mismo por entorno que no puedes cambiar y no debes sentirte frustrado porque esto sólo te puede empujar a detenerte en tu progreso.

 

…No pierdas energía en una lucha equivocada porque es inútil y te puede incluso desestabilizar en medio de una actuación.

Escenario-2.jpgLas 3 realidades del mundo del escenario
compartidas por todo aquél que se presenta delante de un público:

1. SIEMPRE DIFERENTE

Cada actuación es siempre diferente. Depende de la actuación puede ser que el público ría o aplauda más o menos o incluso permanezca callado.

Cada público, cada momento y cada situación suelen ser diferentes. Tú también estás en una continua transformación.

Nunca vas a repetir la misma acción con la misma energía porque no tienes nada que ver con un reloj suizo.

Una actuación no es como el bucle de un video en el que el público tenga una y otra vez las mismas reacciones.

2. NO FUNCIONA SIEMPRE

Resulta bastante obvio debido al primer punto…

Un espectáculo o un gag no funciona siempre exactamente de la misma manera. Con la experiencia llegas a conocer estos momentos clave donde la reacción de la gente suele ser parecida…pero es normal que la intensidad de la reacción varíe.

Debes aprender que:

cada público es como si fuera una persona distinta y que, como tal, su manera de expresarse será también diferente.

 

Puedes conseguir una reacción muy entusiasta en un show y que en el siguiente no lo logres…. puede que unas veces conectes mejor con tu público que otras…. Pero ten siempre presente que el que tu show no tenga siempre la misma fuerza con el público, no significa que deje de ser una experiencia agradable para él.
Como nunca sabes a priori lo difícil que puede resultar el público que vayas a tener delante en una actuación, deberás acostumbrarte a dar lo mejor de ti en cada una de ellas.

3. NO GUSTAS A TODOS

Seamos sinceros: uno de los motivos porque nos gusta tanto la profesión de payaso es porque una parte de nosotros quiere recibir un cierto amor por parte del público…y si no pensáis así, podéis empezar a considerarme un bicho raro.

Así que cuando te enteras que lo que haces con tanta pasión no resulta del gusto de todos, sé pragmático y piensa que lo normal es no gustar a todos…y menos mal, porque en el mundo tiene que haber de todo y para gustos, colores.

Una anécdota:

Cuando trabajaba como animador en cruceros, una de mis tareas era entretener a los pasajeros  mientras esperaban para desembarcar y realizar excursiones. Según los puertos,  se podían tardar horas.

Recuerdo especialmente la primera vez que sentí  la oleada de risas de los pasajeros llenándome de alegría y empujándome a decidirme  a dedicarme a esto. Recibí halagos y agradecimiento por parte del público.

Unos días más tarde, hablando con un pasajero, este me dijo que no estaba satisfecho con el crucero, añadiendo en sus comentarios que había encontrado estúpida a la persona que estaba en el escenario mientras esperaba su turno para desembarcar, pero que, probablemente, no debería ser tan estúpida porque lo había hecho en varios idiomas…
Tras unos segundos de reflexión, me di cuenta de que estaba hablando de mí y se lo hice saber. No me había reconocido y se fue avergonzado. Yo, en cambio, me encontré como un idiota. Confieso que me quedé en shock porque hasta este momento pensaba que: «
no gustar a todos» era válido sólo para los demás y no para mí y darme cuenta de que yo no era una excepción a la regla dolía mucho ¡Vaya bofetada!

Te aseguro que no me resultó agradable darme cuenta de esta realidad. Pero esto es parte de esas cosas que no puedes cambiar.

Párate un momento y piensa que hasta el gran Charlie Chaplin, a pesar de su indiscutible éxito y de ser el paradigma del cómico ha tenido personas dispuestas a criticarle, e incluso a despreciarle.

Es ley de vida.

Al exponerte ante los demás, te arriesgas a que no sólo recibas amor por parte del público, sino que de vez en cuando te lleves algún gesto desagradable.

 

…Debes asumirlo y punto. No te queda otra. Te lo dice alguien que tiene que experimentarlo a menudo….

Concéntrate en cambiar todo aquello que puedas cambiar y mejorar… lo demás, más vale que empieces a aceptarlo tal y como es.