Recientemente actué para un público de edades muy diferentes: desde tres a veinte años.

Pero esta no era la dificultad principal, sino sus discapacidades auditivas en distintos grados; algunos hablando el idioma de signos, otros con problemas de comunicación. Es decir, un público diverso en edad, en discapacidad auditiva, en competencia lingüística y comunicativa, más sus acompañantes sin esos problemas auditivos, a los que también debía tener en cuenta.

Por suerte, o mejor dicho, por experiencia, estaba preparado para lidiar con comportamientos del público imprevistos, los cuales, de no estar preparado, me podían desestabilizar y ponerme en un estado de ansiedad innecesario e inadecuado.

En este corto vídeo realizado en París, antes de subir al escenario, comparto contigo una reflexión que te resultará muy útil para tus próximas actuaciones. Cuándo crees conocer las reacciones de tu público, tenerlas previstas de antemano, pero que intuyes va a ser una actuación con dificultades.