profesor de clownEn tu camino clown, te encuentras con profesores de distintas tipologías y si ya hiciste algún curso reconocerás aquí a alguno de ellos…

El profesor Gurú

Es el profesor que todos piensan que es indispensable pasar por su mirada. Suele tener carácter fuerte. Sus alumnos tienen el riesgo de padecer adoctrinamiento y perder el propio criterio. Pretende ser poseedor de la verdad absoluta y saber más de ti que tú mismo, y como estás en una etapa de búsqueda interior, puede ser que te vuelvas dependiente de todo lo que te diga y que todo el criterio acabe siendo exterior y no interior.

Entre estos profesores hay verdaderos pedagogos e individuos que sólo quieren dar rienda suelta a su abuso de poder.

Este tipo de profesores convienen que el alumno con cierta madurez se le saque de los hábitos adquiridos y encuentre cosas nuevas, pero siempre recordando la necesidad de volver a ser uno mismo después de la experiencia.

El profesor Teórico

Te enseña teorías atractivas que ni el mismo no sabe poner en práctica

Resulta cierto que a veces “uno enseña mejor lo que tiene que aprender”. En esta categoría puedes encontrarte tanto a algunos que te pueden ayudar de verdad como a otros que te empujan a perderte en tu búsqueda. Estos te mandan a caminos atractivos, cuyo recorrido te hace sentir bien, pero totalmente ausentes de pragmatismo porque cuya meta sencillamente no existe, por lo que te generarán frustración y abandono de tu búsqueda.

Comprueba siempre si estás de verdad aprendiendo o si simplemente te hacen sentir bien (que tampoco es despreciable y te puede resultar útil puntualmente).

El profesor papagayo

Es el profesor que repite lo que aprendió de sus profesores sin haberse preguntado jamás el porqué de los ejercicios que te propone. No suele ser muy convincente en el escenario pero en su currículo te pone que hizo cursos con todos los profesores que tienen autoridad en el ámbito. A menudo no suelen ser los que más brillan en el escenario porque les suele faltar entendimiento del “oficio”… pero aun no teniendo la competencia necesaria, lo hacen o porque tienen una verdadera pasión por el payaso o porque puede resultar una fuente de dinero.

Pueden seducirte con sus palabras, y al ser novato te lo crees todo…pero cuando cambias de das cuenta que lo que aprendiste con ellos se derrite rápido…

El profesor terapéutico

Hay profesores cuyo objetivo es terapéutico y no escénico. Trabajar el payaso de por si ya tiene su componente terapéutico y trabajarlo con uno mismo es importante. Aunque no suelen ser buenos en el escenario, son íntegros o se caen en la categoría anterior de “profesor papagayo”. Suelen estar asociados en programas de desarrollo personal.
Hasta ahora nunca hice un curso con ellos. Pero me imagino que te pueden resultar útiles si tu objetivo es el desarrollo personal y no el escénico. Pregúntales cuáles son sus objetivos en los cursos que quieres seguir.

El profesor estrella

Este tipo de profesores suele ser bueno en el escenario pero una catástrofe como pedagogos. De ellos se aprende mucho más observándoles que escuchándoles. A veces, lo que dicen suele ser entendido por sus alumnos de una manera totalmente opuesta a lo que quieren decir.

El profesor socrático

Sería una categoría dentro de la de “profesor “estrella. Artistas que desarrollaron su propio arte intentando siempre mejorar y que acabaron elaborando sus propias teorías entorno su arte.

Cuando te enseñan, te dan principios concretos que puedes poner en aplicación adaptándolos a tu propia manera con el fin que no pierdas tu personalidad y que no seas una copia de ellos.

Son pocos, pero qué delicia cuando te los encuentras.

Conclusión

Esta tipología es muy subjetiva. Tu experiencia te dirá si estás de acuerdo o no conmigo.

Al fin y al cabo importa
más la calidad del alumno que la del profesor.

Aunque haya profesores que bajo un criterio pedagógico sean más eficaces, lo verdaderamente importante es la capacidad del alumno en buscar la información y en cómo es capaz de ponerla en práctica.

Me acuerdo especialmente un profesor que nadie diría en sentido estricto que era un buen pedagogo pero que para mí, sí lo fue.

Hace años, fui a un curso de 4 meses dedicado al payaso y cuando llegué la estructura del mismo me pareció muy floja: no había ninguna disciplina (los alumnos llegaban a la hora que querían), todo lo que se hacía en el escenario se consideraba como “bueno” (independientemente de que fuera malísimo)…

Así que me enfadé y eso me hizo darle la espalda al curso. Y luego me di cuenta que a pesar de tener razón, si por mi parte hubiera habido más energía positiva y una mayor resistencia a la frustración hubiera podido aprovechar mucho más de los conocimientos que se me ofrecían, ¡sobre todo después de haberlo pagado! ;0)

Es tu implicación en la búsqueda de la información la que hace que un curso te sirva.

El aprendizaje es siempre tarea de uno mismo.
Tienes que implicarte en tu propio aprendizaje.

En el camino payaso puedes aprender de todos gracias a tu capacidad de observación. Puedes aprender tanto de un curso de baile como de tu panadero si aprendes a observalo atentamente a través tu filtro payaso.

Lo importante es que te decidas y lo tengas claro:

¿Qué quiero aprender de este profesor de clown?
¿Para qué me sirve aprender esto?

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