…o ¿Cómo ser payaso sin pasar por loco?

Mírate este divertido video de un casting de karate:

¿A que hace gracia?

No son actores (aunque quisieran serlo) pero nos provocan gracia, (o por lo menos, a mí muchísima): los payasos son muy sinceros y la  sinceridad de estos «actores» es lo que les hacía ser tan similares a los payasos.

Imagínate ahora estar encerrado en una sala a solas con uno de ellos (sobre todo con el primero)… ¿Cómo te sentirías? La verdad es que yo tendría un poco de miedo por temor a que no se pudiera  controlar…

A menudo, para ayudarme en la práctica de “mi payaso”,  tomo, siempre de forma discreta, una “actitud payasa” en espacios públicos. Lo hago a distancia cuando me encuentro a algunos padres que están acompañados por sus hijos y, en general, empiezan a sonreír, a reírse e incluso algunos acaban jugando conmigo (los niños, no los padres…aunque algunos también lo hacen).

Sin embargo, en uno de mis viajes por India, intenté  hacer lo mismo…y observé que el efecto en los niños fue radicalmente distinto… los niños ponían caras de incredulidad, de muchísima prudencia y hasta de gran preocupación.

De nuevo otra vez, al principio de mis andaduras en el mundo del clown, me acuerdo que  tuve que actuar de extra simulando a un “camarero loco” en un evento del “Rotary Club” en Bruselas… todavía me acuerdo de que comencé  tropezando y enredándome con todo lo que encontraba hasta que al final de “mi actuación” acabé sin pantalones. Al final los asistentes cayeron en que yo  era un “extra” contratado para la fiesta, pero al principio mientras unos entendían que era una broma, otros pensaban que habían fichado a un verdadero camarero loco para el catering del evento.

Y visto eso uno se puede empezar a hacer una pregunta… ¿Dónde está la frontera entre “ser un payaso” y “estar loco”?, o dicho de otra forma,  ¿cómo ser payaso sin pasar por loco?, ya que mientras que la observación de un payaso provoca alegría, el pensamiento de creer estar en presencia de un loco provoca reacciones indeseadas por el artista.

Ser payaso vs Estar loco

Payasos y locos tienen en común la sinceridad, sin embargo, mientras que el payaso es consciente de la realidad que le rodea, el loco, al no estar conectado con ella, no es consciente ni consecuente del  impacto de sus actos.

Ser Payaso VS Ser Loco

Como artista, el clown puede tener un problema si el espectador no sabe discernir si lo que ve es real o no… pero… ¿cómo hacerle entender que no eres un loco? la verdad es que más que del actor, el tema depende más del espectador,  del impacto que en su forma de percibir las cosas tengan tanto su experiencia como sus referencias culturales.

Pero el que no podamos responder a esa pregunta no quiere decir que no puedas hacer nada al respecto….lo que tienes que hacer es aumentar la probabilidad de que los espectadores se rían contigo en vez de entrar en un estado de alerta defensiva, así que pregúntate:

¿Cómo te identifica tu espectador: eres “peligroso” para él o no?

Por el contexto, tu disfraz y/o por la forma de escuchar sus reacciones, los espectadores tienen que identificarte como alguien que está ahí para divertirles, no para dañarles.  Así entrarán en tu mundo de fantasía y no perderán energía en levantar un escudo para protegerse de tí.

Demuéstrale  siempre a tus espectadores que tomas en consideración el impacto que tus actos en ellos, no como los locos. Verifica siempre que no los estés asustando… se pueden sentir incómodos por la situación nueva en la que se encuentran, pero jamás asustados. Si fuera necesario, realiza una acción que ellos interpreten como de eliminación de la amenaza. Para ello, aléjate y ponles físicamente en una zona “protegida de tí” en la que ellos se sientan más seguros.

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Tus espectadores tienen que sentir que no representas ni una amenaza ni un peligro para ellos… que detrás del personaje hay una persona llena de humanidad que lo gobierna y que no dejará que este les haga daño.