Paso 18
DESCUBRE EL 3°PILAR
Uno puede pensar que bastaría con tener un bueno espectáculo y un buen payaso para siempre tener éxito encima del escenario. Pues no es así.
Un día en Washington, un violinista tocó con todo su corazón en el metro. Tocó durante 45 minutos. Sólo seis personas se detuvieron por un rato a mirar. Cerca de 20 personas le dieron propinas pero continuaron su camino a ritmo normal. Cuando el violinista terminó de tocar, había juntado 32 dólares. El silenció volvió a entrar en escena. Nadie notó que había parado. Nadie aplaudió. Pocos se percataron de su presencia.
Nadie supo esto, pero el violinista era Joshua Bell, uno de los mejores músicos del mundo. Acababa de tocar una de las piezas más exigentes jamás escritas en un violín Stradivarius con un valor de $3.5 millones.
Este hecho ¿significaría que el público sea inculto? Quizás sea verdad, pero a mí no me gusta este tipo de interpretación, porque sería poco deontológico y a además no resultaría en una visión que te permita cambiar la realidad.
Lo más probable es que: o este señor estaba en el lugar y la hora equivocados, o su obra era equivocada para aquél lugar, aquella hora y aquél público.
Resulta que este hecho es una perfecta demostración de lo que es el tercer pilar: Tu contexto.
Esto explica por qué a lo largo de tu recorrido, notarás que unas actuaciones te funcionan mejor que otra aunque no cambiaste nada tu material.
Para tu realidad payasa significa que tu espectáculo será siempre dependiente del contexto dentro lo cual se presente.
Aunque pueda parecer sutil, te aseguro que si entiendes este pilar y lo pones a trabajar a tu ventaja, esto acelerará tu camino payaso.
¡PRÁCTICA YA!
Identifica los contextos donde sueles tener éxito:
- ¿Qué tipo de público?
- ¿Cómo está compuesto tu aforo?
- ¿Cómo es tu espacio escénico?
- ¿Cómo son tus condiciones técnicas?
Hay quizá que añadir algo más, dices: «tu espectáculo será siempre dependiente del contexto dentro lo cual se presente» y haces unas preguntas necesarias. Pero antes de esto ¿Por qué me contrataron? ¿Qué esperan de mí? ¿Puedo cumplir esa expectativa? ¿Quiero hacerlo? He hecho espectáculos que al que pagaba le daban igual, solamente quería que fuese la guardería de los niños, pero ellos -los niños- esperaban un espectáculo de verdad. A veces somos la estrella del espectáculo (al menos la estrella disponible en ese lugar a esa hora) y otras somos invisibles como la música del ascensor. Conozco a músicos de cámara que se empeñan en tocar en las bodas música clásica (no tienen muchos contratos) y a otros que también tocan conciertos clásicos en teatros, que cuando hacen bodas dejan a un lado las partituras y tocan pachanga (y trabajan mucho más en ese mercado que los otros). Hay que saber que quieren de nosotros y si queremos o podemos darlo.
Iurgi, la dimensión que contemplas corresponde a la parte «comercial». Es cierto importante para el profesional pero de momento no tanto para no para el «amateur». Ademàs, tal que lo mencionas, las expectativas de tu cliente que te contracta para hacer de funcion de «guarderia» son diferentes de la de los niños que esperan un espectáculo.
A nivel de impacto de tu espectaculo (de cara a los niños), influencara más el contexto que las expectativas de tu cliente. Sus expectativas influencaran solo en las condiciones de trabajo que te ofrecera (y aceptara o no)
Es importante distinguir las expectativas de tu cliente de las de su público. A nivel «comercial», intentarás satisfacer tu cliente y a nivel «artistico» la de su público.
Por eso no contemplo la dimension «comercial» con intención en este curso. Tambien porque creo en el camino del artista (VS el camino «marketing»): me parece importante primero concentrarse en crear un espectáculo y despuès aprender a moverlo, aunque ambos se puedan hacer al mismo tiempo con la consciencia del contexto: a raiz de conocer cual es tu mejor contexto, podrás mover mejor tu espectáculo.
Gracias por la aclaración de conceptos. Estoy de acuerdo. A veces tengo que explicarlo al cliente o a gente que me llama para hacer una actuación benéfica. Les digo el tiempo que necesito de montaje y lo que voy a llevar y me dicen que no hace falta que lleve tanto, que solo es ¡para los niños! Mi respuesta siempre es la misma: puedo hacer algo mediocre para ti, si lo deseas. Si fracaso hoy, mañana te habrás olvidado o solo será una anécdota sobre un artista cutre. Para los niños no cuenta nada de esto, ellos tienen una alta expectativa y si fracaso es una gran decepción. Simplemente, para ellos no seré un artista. No podemos explicarles que estaba cansado del viaje, ni que quitamos material para hacer un descuento, etcétera, simplemente tienen una imagen ideal y no estuve a la altura.
Correcto, Iurgi! ;0)
Una manera para ser más convincente es decirle que el público infantíl es el público más exigente que existe: si a uno le gusta el show, pues no tiene la «educación» de quedarse quieto. Si se aburren o no le gusta, la sinceridad de los niños se transmiterá a sus padres. En este caso, no estoy seguro del exíto de su evento ni de su próxima edición.
También, hay una dimensión deontologica: ¿Para qué quieren ofrecer tu show?. Su actitud es como hacer un regalo comprado al chino para pagar poco y así tener la forma pero no el fondo de un regalo. En este caso, Iurgi mejor no tomar este tipo de bolo y recomendarle otra cosa porque no es lo que buscan.
Tener la capacidad de decir «no» resulta a la vez mucho más atractivo para el cliente, y a la vez digno para el artista. Mira aquí: https://www.serpayaso.com/como-valoras-tu-arte/